El Banco Santander compró ayer el Banco Popular por un euro. Todos los accionistas del Popular y aquellos inversores con bonos convertibles y deuda subordinada emitida por la entidad han visto reducido el valor de sus títulos a cero, perdiendo toda su inversión.
Es un caso similar al de Bankia, y por ello, se prevén numerosas demandas contra el Banco Santander por parte, sobre todo, de los accionistas que acudieron a la ampliación de capital de junio de 2016, en la que el Popular captó 2.505 millones para reforzarse. Esos inversores podrían presentar querellas por estafa esgrimiendo que recibieron información irreal de las cuentas del banco, que cerró el ejercicio con unas pérdidas de más de 3.000 millones. Además, parte de ellos recibieron préstamos de la entidad para financiar esa adquisición que siguen abonando. Hay accionistas que no solo han perdido su inversión, sino que deben seguir pagando al banco el préstamo que éste les concedió para tal fin
Los bonistas también podrían acudir a los tribunales alegando que invirtieron atraídos por la rentabilidad que publicitaba el Popular. Lo que no está claro es quién se responsabilizaría de esas querellas: si el Santander o los antiguos gestores del Popular.
El Santander ampliará capital entre este mes y el mes de julio por 7.000 millones de euros para capitalizar y sanear el Popular. La operación tendrá derecho de suscripción preferente para los actuales accionistas del Santander, que por tanto podrán comprar los nuevos títulos ante que otros inversores. Si no acuden a la ampliación o no compran suficientes títulos, verán diluida su participación. También está por ver el descuento sobre la cotización actual al que se lanzan las nuevas acciones.
CINTAS & ASOCIADOS ABOGADOS
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